POR QUÉ LA EXPERIENCIA NO ES LA MAESTRA DE NADA
No el mío -el cuerpo que te prometieron
está enterrado en el corazón
de una máquina inutilizable
que nadie puede detener o poner en marcha.
¿Yacerás con él? Podrás cavar hasta muy profundo-
escapar de una o dos Leyes- ver un relámpago
de luz. Jamás
llegarás a acercarte al corazón.
Yo lo intenté -soy el mismo- resultó lo mismo.
Quería que mis sentidos enloquecieran.
El relámpago no era más que una luz ordinaria.
¿Acaso nada podrá mantenerte aquí, mi amor, mi amor?
Jan 17, 2007
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