DIAS DE OFICINA.
-Lentitudes y tazas-
Al mirar todas las mañanas por la ventana de mi oficina, veo las nubes que bajan de la sierra madrileña, y me entran unas ganas locas de saltar, volar hacia ellas y acompañarlas en un baile sin sentido, me pregunto si ellas saben hacia donde se dirigen. Mi día transcurre lento, últimamente todo lo que me rodea parece haber alcanzado un punto de lentitud bastante pésimo y deprorable , que no llego a comprender. Vacío mi taza unas quince veces al día y otras quince la vuelvo a llenar.
¿Que pasaría si algún día dejara de hacerlo?, seguramente algo horrible pasaría en algún lugar del este de Nueva Zelanda, debido al efecto maripòsa, por si acaso no dejare de realizar esta ardua tarea, no quiero ni pensar que por no haberme levantado ese día, una desgracia pueda ocurrirle a alguien, o un impacto medio ambiental por no haber abierto el grifo, y se produzca una presión en alguna presa y se desborde en un pueblo de Nueva Zelanda, arrasando todo lo que encuentre a su paso, y al verlo en los periódicos o en el telediario, y la gente que esta a mi lado viéndolo no supiera que fui yo el causante de todo eso, por si acaso seguiré realizando ese ritual, y mantener ese pueblecito a salvo de su destino, es una de mis tareas diarias.